lunes, 29 de abril de 2013

Cuando España no era austera

¿Consigue el Estado algo recortando gastos o tiene que endeudarse, gastar como si no se hubiese producido la crisis? Es el debate. Algunos abogan por una política keynesiana de expansión del gasto, pero eso es lo que ya hizo Zapatero en 2009 y no consiguió nada, absolutamente nada. ¿A quién quieren engañar?

Datos del año 2009:

Datos del año 2012:
  • Los parados pasaron de 5.273.600 (22,85 %) en el cuarto trimestre de 2011 a 5.965.400 (26,02 %) en el cuarto trimestre de 2012: 691.800 parados más en 2009 (13,11 %). Alguien podría decir que llega un momento en que el paro no puede subir más, pero, contemplando las cifras de Andalucía, se demuestra que eso no es así. 
  • El déficit público fue del 6,98 % (10,6 % si se incluyen las ayudas a la banca).
  • Caída del PIB: 1,4 %.

No voy a decir, como De Guindos el viernes, que España está mejor hoy que hace un año: las cifras del paro son terribles. Pero me temo que el problema no es la austeridad: a España tampoco le sirvió no ser austera.

Quizá, dentro de unos años, se hable del estallido de dos burbujas: la del ladrillo en 2008 y 2009 y la de las cajas, que cebaron la anterior. Quizá todo esto sea culpa de Antonio Pulido, de Miguel Blesa, de Juan Pedro Hernández Moltó, de tantos otros colocados  a dedo por los políticos y que dilapidaron miles de millones en humo. ¿Cuál sería la situación de España si no hubiese estallado la burbuja de las cajas?

Curiosamente, no ha estallado la última burbuja, la única que permitiría ahorrar de manera inmediata: la burbuja política. ¿Qué pasaría si desaparecieran inútiles mancomunidades, agencias, institutos, miniayuntamientos?