miércoles, 2 de enero de 2013

El brazo perdido de Pedro de Estopiñán


España sigue reteniendo en África del Norte la isla Perejil, Ceuta, el Peñón de Alhucemas, el Peñón de Vélez de la Gomera, las Chafarinas, Melilla, reliquias de ese imperio norteafricano soñado por Cisneros y que nunca fue.  

En la época democrática, y dado el escaso apoyo electoral que recibía el PSOE, se inició una política de nacionalización masiva de marroquíes. El inefable delegado Céspedes destacó en tan ardua labor. Ni por esas consiguieron los socialistas ganar las elecciones, pero sí que comenzara a cambiar la demografía de ambas ciudades: la mayoría de los recién nacidos son musulmanes. Marruecos espera tranquila que caigan como una fruta madura. 

Estopiñán, manco

Los vándalos muestran su trofeo en Rabat

Los impacientes panmarroquíes pretenden acelerar la enosis. Hace unos meses, militantes del Comité de Liberación de Ceuta y Melilla arrancaron el brazo de Pedro de Estopiñán, el conquistador de Melilla, y lo llevaron a Rabat. Será expuesto en el Museo Mohamed VI.

El pusilánime presidente español, Mariano Rajoy, no protestó, no dijo nada, se hizo el tonto: la diplomacia de la gelatina. O de la vaselina.